Tuesday, October 11, 2005

Siempre creí que no volvería a verme en el espejo, que no volvería a levantarme con peinado "talco", que no comería un desayuno "huevos pericos", que no tomaría un jugo "con leche". Siempre creí que me extraditaba el tiempo, que no compraría el pan de todos los días, ni reservaría la Tele para la cabalgata de los domingos. Siempre pensé que me moriría lejos de mi tierra, de mi mares de hamacas, de mi cielo de legos. Siempre estuve mal. Mi país me sigue de cerca, bajo el brazo de mis recuerdos.

Deimo
(Oda a Mario Eraso)


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Nunca estuve en Pasto ni contemplé el volcán Galeras desde una esquina de mi habitación de suicida, No caminé bajo los balcones de la calle 16 protegido por la sombra de los vanidosos techados, nunca bebí un trago de aguardiente en el Parque de san Andres ni atravesé rencoroso la plazuela de Santiago, deseoso de una lágrima y mordido por las acumuladas letanías del desamor, Nunca mudé de pelo en el valle andino ni el viento verde sacudió mi sonrisa de girasol, Ni recorrí la calle 19 llevado por el eco monstruoso de caricias afanosas y enfermizas, Nunca enmudecí de alegría enfrente de mis padres, ni escuché cantar a los hippies en la calle 18, embriagado por los colores tormentosos de la tarde que dejaba despuntar un haz de luna, Nunca me mojé un 28 de diciembre ni encendí velitas a la virgen a comienzos de mes, Tampoco elaboré con aserrín y papeles el año viejo ni me emborraché y salté con las 12 mortales campanadas al son de una melodia triste que presagiaba hogueras, No jugué en el parque infantil, no patié una pelota de papel con los zapatos descosidos y el pantalón hecho polvo y dolor, No lloré atravesando Rumipamba mientras la luna escupía desde el cielo su saliva evocadora. Yo nunca estuve en la ciudad de la yerva.

Mario Eraso Belalcazar
--Ciudad de Mexico, Octubre de 2002